CRITICA DE ARTE.
jesusmc | 16 Febrero, 2014 21:16
Breve reflexión sobre el tiempo en la Pintura: Los alumnos de Arte presentarán sus trabajos de fin de ciclo en el mes de Abril. En ese momento expondrán sus obras y desarrollarán los contenidos conceptuales ante un tribunal de profesores. Hasta aquí como cada año por estas fechas. Pero, el hecho es que en esta ocasión se están mostrando muy inquietos por el tiempo que cada uno de ellos tendrá para su exposición . El coordinador les ha comunicado que los días son 7,8 i 10, y que hay una media de 8 alumnos por día, 10 minutos de montaje i 20 minutos de presentación por alumno dado que no se puede paralizar toda la semana de clases.
Sin quererl, los alumnos han suscitado uno de los viejos problemas del arte: la relación de tiempo entre autor y público, entre hacer y ver. La contemplación estética no está sometida a temporalidad alguna, incluso algunos dicen que la belleza es la experiencia recordada en tranquilidad unos años después. Pero cuando queremos hacer del arte, no una experiencia transformativa sin límite de tiempo, en un trámite académico, aquí, vienen los problemas.
Foto de Laura Poblet.
Yo, hace tiempo que no quiero participar en tribunales, ni concursos, porque sé que la mirada de los especialistas que decidirán el futuro de un artista se lleva a cabo en apenas unos segundo de mirada superficial. Cuando los alumnos nos presentan los trabajos en la clase sucede lo mismo, correspondemos de modo breve al esfuerzo que no siempre se encuentra tras los trabajos que evaluamos. El otro día asistí, por casualidad a la presentación de un trabajo magnífico de M.M. Se trataba de unos 50 o más pequeños cuadros que la alumna de Grado, había hecho y que presentaba ante los profesores y alumnos en un cubículo que hay en medio de un pasillo de la Escuela. La verdad es que fue un visto y no visto. Ya entonces empecé a pensar en la desproporción de tiempos. Mi amigo Isidre Manils trabaja meses en una de sus obras y luego el crítico más sensible le dedica y ya me parece mucho diez minutos para argumentar algún comentario inteligente. Josep Madaula espera la hora de luz adecuada del día para pintar y vuelve una y otra vez , yo con mi gesto caligráfico estoy unos segundos para que se manifieste una maravilla que casi nunca aparece. Un trazo último, definitivo.
Chillida decía , citando a Hokusai que su anhelo sería , al final de su vida, tan solo hacer un minúsculo punto sobre el papel. Ya está. Un segundo y toda la vida contemplando. Por eso , los alumnos , sin desearlo, han tocado el nervio más sensible del cuerpo del arte y eso, siempre duele.
Jesús Martínez Clará Soy profesor de Historia del Arte y Teoría de la Escola Massana de Barcelona. He sido: Comisario y Crítico de Arte,Profesor de Manifestaciones Artísticas Contemporáneas en la Universidad Autónoma de Barcelona, Profesor de la Escuela Eina y Asesor Cultural de la Fundació La Caixa.Colaborador y Crítico de Arte del periódico La Vanguardia de Barcelona.Miembro de ACCA/AICA. Soy autor del libro; "Entre la Inspiración y el Proyecto".Edicions Escola Massana.2011. He escrito numerosos artículos y presentaciones para catálogos de artistas. Me dedico a la escritura y a la expresión artística .Soy Maestro de Shodo(caligrafía oriental) y Kyudoka(Tiro con arco japonés).
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Has dado en el clavo
el tiempo
el coordinador
no se puede paralizar
años después
trámite académico
el cubículo en medio del pasillo
el punto minúsculo
el nervio más sensible del cuerpo del arte
Hola Jesús,
Abro tu blog y me encuentro con este bellísimo artículo. Yo también creo que has dado en el clavo. El tiempo puede ser la eternidad o el instante, pero también una tranquila tarde de finales de invierno, corrigiendo exámenes. Un termo de café y las evoluciones de un piano. Los exámenes van pasando lentamente por tu escrutinio, los relojes han desaparecido, alargas todo lo posible la lectura de cada trabajo... Al atardecer, cuando ya no quedan exámenes, te entristeces, y vuelves a empezar por el primero... Estás sintonizando con muchas almas a la vez... Las notas, en la parte superior de la pagina, se convierten en signos incomprensibles, extraños... Por la noche vas a dar un paseo y te resuena en la cabeza una frase de un examen, otra... Han dejado de ser "un montón de exámenes". Cabilas transcribirlos, publicarlos... Hay un tiempo para el examen, para la coordinación, para la reflexión, que el profesor no debe permitir que se lo arrebate nadie. Felicidades.